Estos cuadros sicológicos pueden ser gatillados por situaciones que generan traumas o por factores del ambiente que son vistos como amenazas. La observación de los hijos y la atención en los cambios de comportamiento, son claves para determinar un diagnóstico e indicar un tratamiento.

 La ansiedad es una emoción propia del ser humano, pero cuando ésta se presenta de forma excesiva, trae consecuencias mentales y físicas. “Los trastornos ansiosos conllevan reacciones en el cuerpo, tales como taquicardia, sudoración en las manos, presión elevada, mareos e, incluso, dolor de cabeza”, señala la psicóloga de Megasalud, Camila Figueroa.

En tanto, cuando ocurren en niños y adolescentes, los síntomas de alerta varían, presentándose cambios en la conducta habitual.

¿Cómo manejar los trastornos ansiosos a esa edad? Primero, los papás deben saber que se trata de formas de expresión que tienen los más pequeños para indicar que algo les está afectando. “Por eso, lo más importante para abordar estos casos es la observación y el asesoramiento de especialistas”, señala la profesional.

Trastornos ansiosos más frecuentes

A continuación, la psicóloga describe los cuadros más comunes:

• Trastorno ansioso por separación: ocurre cuando existe alejamiento de una persona significativa, generalmente la madre o el padre, o de alguien que el niño vea como figura protectora. “Cuando se produce la separación, comienza la sintomatología ansiosa, que se puede manifestar, por ejemplo, en dolor de estómago o, incluso, en cuadros frecuentes de resfríos”.

Es posible que este tipo de trastorno se presente hasta los 18 años, donde la ansiedad se manifiesta con crisis de angustia, temor a espacios nuevos o hipocondría.

• Trastorno de mutismo selectivo: es específico de la infancia y se genera cuando el niño, que en general no tiene problemas para hablar y expresarse, deja de hacerlo voluntariamente con alguna figura adulta específica de su entorno. “Puede ser con la tía del jardín, por ejemplo, o con alguno de los padres”.

Los siguientes trastornos son más comunes en la etapa adolescente y adulta:

• Fobia: miedo excesivo de acercarse a un objeto o situación.
• Trastorno de ansiedad social: temor al escrutinio, a hablar o actuar en público. Se da en escolares que empiezan la enseñanza media, “que es una de las etapas de mayor exigencia y donde se produce la búsqueda de identidad, por lo que la imagen es importante y la exposición puede causar ansiedad”, aclara la profesional.
• Agorafobia: temor a estar en lugares muy transitados, como el metro, la micro o espacios donde sienten que no hay muchas posibilidades de huir.
• Trastorno generalizado de ansiedad: el sujeto experimenta ansiedad de forma constante; no hay un gatillante específico.
• Ansiedad inducida por droga y/o alcohol: el consumo de ciertas sustancias puede gatillar trastornos ansiosos, como crisis de pánico, síntomas de despersonalización y sensaciones de irrealidad que generan efectos de alto impacto sicológico en los adolescentes.

Consejos para prevenir

• Los padres deben estar atentos a los cambios y necesidades de sus hijos.
• Generar autonomía es importante para que el menor cuente con herramientas que le permitan desenvolverse en el entorno.
• Poner atención ante posibles casos de bullying.
• Evitar la sobreprotección y fomentar un espacio de crecimiento donde sea posible equivocarse, ayuda a que los hijos resuelvan sus conflictos y enfrenten situaciones por sí solos.
• Querer evitar a toda costa el sufrimiento de los hijos es muy entendible, pero esto hace que los niños crezcan inseguros y dependientes.
• Los padres deben enseñar al niño a hacerse cargo de las consecuencias de su conducta.