Desde los primeros días de vida el niño comienza a crear lazos afectivos con quienes lo rodean. Su mamá, su papá y las personas que están a su cuidado comienzan a formar parte de su círculo más cercano; constituyen sus referentes de protección y amor, quienes satisfacen sus necesidades y los hacen sentir seguros. Por eso, a partir de los ocho meses suele presentarse en los niños el fenómeno denominado ‘angustia de separación’, que retrata la inseguridad que le produce al niño separarse de su mamá o su papá cuando salen, y producto del miedo de no volver a verlos.
Esta angustia se explica fundamentalmente porque su concepto de permanencia del objeto aún no está desarrollado, es decir, tienen conciencia que las personas aparecen, pero no saben cuándo volverán a aparecer. Nada les garantiza, tampoco, que su mamá regresará.
En esta época los niños rechazan a los desconocidos y buscan estar constantemente rodeados de las personas que permanecen a su lado la mayor parte del tiempo, porque con ellos ya ha establecido lazos afectivos importantes. Esta etapa resulta compleja para muchas madres, porque sus hijos no quieren separarse por ningún momento de ella, sin embargo, prueba que él niño sabe que es amado por su papá, su mamá y quizás también por algunos familiares cercanos como abuelos o tíos. Es un logro que asegura en gran medida un sano desarrollo, porque ese cariño lo hace sentir seguro para seguir creciendo.
Una crisis de ansiedad
A pesar que la angustia de separación suele darse cerca de los ocho meses de edad, es normal que este sentimiento de angustia y separación se extienda hasta los 2 ó 3 años. Como señala la psicóloga infantil, Mónica Rademacher, “dependiendo del grado de madurez del niño, del apego con sus padres y de factores tan diversos como el comienzo del jardín, la crisis de ansiedad relacionada con que la mamá se vaya, puede acentuarse y permanecer”.
La mamitis es, entonces, una etapa normal. Según la personalidad del niño y del ambiente en que ha sido criado podría ser más o menos intensa. En general, para los niños que están las 24 horas del día al cuidado de su mamá resulta mucho más difícil aceptar tranquilamente que su mamá salga.
Asimismo, también resulta difícil para los niños que no tienen mayor contacto con lugares y personas distintas a su casa y su familia. “Por eso, es recomendable que desde pequeños los niños estén en contacto con distintas personas, visiten la casa de abuelos, tíos y primos, para que se familiaricen con un entorno más amplio que el de su familia nuclear. Eso les da seguridad, porque entienden que hay otras personas y lugares en los que puede sentirse bien, seguros y protegidos”, señala la psicóloga.
¿Qué hacer antes de salir?
A pesar que las madres pueden creer que saliendo a escondidas de los hijos el sufrimiento para los niños será menor, Mónica Rademacher señala que el efecto es justamente el contrario. “Cuando un niño está con su mamá y después se da cuenta que ella ya no permanece donde él la dejó, se siente mucho más inseguro. No entiende por qué su mamá desapareció, no tiene argumentos para entender por qué se fue y si volverá. Esto hace que su angustia sea un estado permanente, porque si su mamá no le avisa cuando va a salir, creerá que en cualquier momento desaparecerá”.
Por eso, la especialista señala que lo recomendable es que la mamá siempre le diga al niño que va a salir y que volverá en un rato o al final del día. “Los niños son capaces de entender argumentos desde que son muy pequeños, por lo tanto, siempre es válido darles explicaciones. Poco a poco, el niño entenderá que efectivamente cada vez que su mamá sale, regresa, y se sentirá más seguro cuando ella está ausente”.
Antes de salir es fundamental que la actitud de la mamá sea de tranquilidad. “Las mamás saben que lo que viene es una tormenta, que su hijo va a gritar, que seguramente se va a tirar al suelo y que va a aferrarse a ella para impedir que se vaya, pero así como la pena llega también se va, por lo tanto, es importante que la mamá no le traspase su angustia al niño, que no se ponga a llorar junto con él y que tampoco le demuestre la pena que siente. Los niños son capaces de percibir los sentimientos de sus padres; si siente a su mamá insegura y apenada, lo más lógico es que el se sienta igual que ella, y peor aún. En cambio, si un niño observa que su mamá está calmada y tranquila, seguramente llorará igual, pero no se angustiará más de la cuenta”, explica la psicóloga.
«La pena pasará»
La única manera de que el niño logre superar esta etapa es que alcance un grado de madurez que le permita entender que su mamá regresará, y que aunque él se quede al cuidado de otra persona, su mamá volverá a estar con él.
Como indica Mónica Rademacher, “es fundamental que los padres entiendan que esta es una etapa difícil, pero normal. Incluso en medio de la pataleta, la mamá debe mantener un ambiente tranquilo, no dilatar su partida, y hacer de la despedida un proceso corto. “Aunque hay que explicarle al niño con calma, tampoco hay que entrar en grandes explicaciones, porque eso sólo aumenta la angustia del niño. Basta con decir ‘hijo, la mamá va a salir, tu te quedarás con la abuela y yo volveré en la tarde. También es importante darle un beso y decirle lo mucho que lo quiere, peor no repetir los argumentos”.
Aunque los niños aprendan a caminar, vayan al jardín y estén ‘grandes’, siempre necesitan que la mamá esté a su lado. A veces sólo basta con su presencia, y con sentirla cerca mientras juega o come. Lo importante, según Mónica Rademacher, “es estar conciente que su pena es real y justificada, pero que por muy tremenda que parezca, lentamente pasará”.
Fuente: Artículo publicado en Revista PadresOk
Comentarios
ups sip creo que me pasará eso mi bebe tiene 5 meses y ya entro a trabajar pronto y es muy apegado aa mi, ya tengo pena de dejarlo pero sus consejos me abrieron los ojos y debo seguirlod gracias..
la mia tiene 2 años y esta en plena etapa de mamitis de echo me dice «mi mami mia no se va a ir jamas» y me abraza fuerte espero que de apoco empiese a entender que no puedo estar todo el dia con ella ya que va a entrar al jardin