La mayor parte de los movimientos que realiza un recién nacido son involuntarios o reflejos. Según los especialistas, todos los niños nacen con reflejos arcaicos para favorecer su supervivencia, por ejemplo, el de succión. Desaparecen entre los 3 a 5 primeros meses y, en general, son respuestas automáticas.

Si bien la presencia de reflejos indica normalidad, la ausencia podría ser un signo de depresión neurológica. Por ello, lo importante es evaluar su evolución y mantener un control periódico con el pediatra

De Moro
Se desencadena en respuesta a un estímulo brusco, un movimiento súbito o un ruido fuerte, frente al cual el pequeño responde con un movimiento en forma de abrazo. La doctora Rosario Moore, pediatra de la Universidad Católica, sostiene que el reflejo arcaico más clásico es el de Moro, que está presente desde el nacimiento. “Es un abrazo o sobresalto que hacen los niños frente a movimientos de la cabeza. Al soltar la cabeza sobre la cama (con cuidado) abren los brazos, los cierran y lloran. Dura hasta los 5 ó 6 meses. Si persiste da cuenta de alguna posible alteración que debe ser evaluada por un neurólogo”.

De succión
Movimiento rítmico y coordinado de la lengua y de la boca del niño, que aparece al colocar el pezón de su madre dentro de ella. También surge al tocar los labios o la mejilla del pequeño, así él busca el pecho de su madre, vuelve la cabeza en esa dirección y abre la boca.

De búsqueda
Es llamado también de orientación, consiste en la aplicación de un estímulo en la mejilla o zona peribucal, al que el niño responde volviendo la cabeza hacia el lado en que se le aplica el estímulo, como buscando el pezón de la madre. Si no lo presenta puede ser señal de tener alguna hemorragia cerebral.

De marcha
Como explica la doctora Moore, este reflejo aparece al apoyar los pies sobre una superficie plana, donde el niño da algunos pasos sobre sus talones. Dura desde el nacimiento hasta los 2 meses de edad.

De prensión
Surge al tocar con un dedo la planta del pie o la palma de la mano del bebé. Como respuesta, el pequeño arquea el pie, o en el caso de la mano, cierra firmemente el puño. Normalmente, este tipo de reflejo, base del desarrollo neurológico del niño, se mantiene hasta los tres meses. Después, poco a poco, se pierde.

Reflejos y habilidades
Según el psicólogo Jean Piaget, quien desarrolló la teoría de la naturaleza del conocimiento, la existencia de los reflejos en los primeros meses de vida corresponde a la etapa sensorio-motriz en la que su ejercicio asegura la supervivencia del individuo. El recién nacido no puede controlar sus movimientos y por ello posee reflejos que le ayudan a desenvolverse. Sin el de succión, por ejemplo, que es el instinto más básico e intenso, el niño no podría buscar el pecho de su madre y alimentarse.