Unas de las situaciones tal vez más preocupantes para los padres, es cuando escuchan de boca del pediatra que su hijo tienen un soplo al corazón, y que necesita ser evaluado por un especialista. Sin embargo, el hecho de que el bebé tenga un «soplo» no necesariamente implica que su corazón está enfermo.
Según el cardiólogo y pediatra, doctor Mario Francisco Barrios, “en primer término se debe definir soplo como una manifestación acústica, detectable en nuestra práctica con fonendoscopio. A diferencia de lo que muchas personas suponen, no necesariamente indica la presencia de cardiopatía. Lo importante es definir, de manera precisa, la causa del sonido que se ha pesquisado en el examen clínico”.
El corazón emite movimientos que producen sonidos cuando impulsa la sangre por sus válvulas. Estos a veces se parecen a un soplido, y es bastante frecuente encontrarlos en los recién nacidos. Mientras el feto está en el útero, los pulmones apenas funcionan y la circulación de la sangre pasa ante ellos casi sin introducirse. Pero cuando el niño nace, éstos se ponen en funcionamiento e invierten la corriente sanguínea. La reorganización rapidísima de la circulación a través de conductos, que aún permanecen parcialmente cerrados, es lo que provoca el soplido.
Soplidos inocentes
De acuerdo a esto, existe una clasificación general de los soplos: funcionales -también llamados inocentes- u orgánicos o patológicos. Según explica el doctor Barrios, “en el recién nacido, y dados los múltiples cambios que se producen en su adaptación al ambiente, son frecuentes los soplos inocentes, pero es de vital importancia distinguirlos de los originados por fallas estructurales del corazón (cardiopatías congénitas, recuadro 2). En ese período puede haber también soplos derivados de enfermedades maternas, algunas de ellas producidas durante el embarazo”.
El criterio para llamarlos «inocentes», es la existencia del ruido en ausencia de manifestaciones clínicas, radiológicas y electrocardiográficas de cardiopatía. Cuando un cardiólogo, experimentado ausculta un soplo y lo define como normal, excepcionalmente los exámenes que se soliciten aportarán información de importancia.
Es bastante corriente localizar un soplo inocente durante el primer examen médico del niño y descubrir que ha desaparecido en el siguiente reconocimiento, pero aún así, los médicos buscan datos que confirmen el diagnóstico. Uno de ellos es el pulso en las ingles, por donde pasan las arterias femorales. Este no debe presentar complicaciones como señal de que no existe ningún problema en la aorta, la gran arteria que conecta el corazón con el cuerpo del bebé.
La coloración de la piel tiende a ser algo oscura en los dedos de las manos y de los pies. Si días después del nacimiento el color oscuro llega a otras zonas del cuerpo, persiste y se intensifica, habrá que buscar las causas, que podrían ser de origen cardíaco.
Aunque se requiere de un control rutinario, el doctor Barrios explica que “en lo relativo a pronóstico, los soplos funcionales no indican riesgo futuro. En los patológicos, dependerá de cada diagnóstico, ya que las causas son variadas. Debe considerarse además, que los niños están en proceso de desarrollo por lo que sus características cambian a través del tiempo”.
Por esta razón, si el médico ha evaluado que el niño tiene un soplo inocente, los padres no deberían tener una actitud vigilante con relación al niño, es decir, no deberían considerarlo «vulnerable» por ser portador de un soplo normal. Esto, según los especialistas, puede provocarle un importante daño psicológico y transformarse en motivo de manipulación afectiva por parte del niño.
Fuente: Extracto de artículo publicado en Revista PadresOk