Los seres humanos tienen la capacidad de producirla en pequeñas cantidades, pero lejos de los 425-550 mg/día sugeridos, por lo que es imprescindible consumirla a través de la dieta. Una de las mejores fuentes es el huevo.
Es poco conocida, pero desempeña un rol fundamental para la salud humana. La colina, un nutriente agrupado dentro de los complejos de vitaminas B, ha pasado inadvertida para gran parte de la población, a pesar de que su deficiencia en la dieta puede traducirse en enfermedades tan graves como el hígado graso no alcohólico.
En 1998 fue clasificada como nutriente esencial, es decir, que no puede ser sintetizado por el organismo, pero es necesario para su funcionamiento normal. Los seres humanos tienen la capacidad de producirla en pequeñas cantidades en el hígado, pero lejos de los 425-550 mg/día sugeridos, por lo que es imprescindible consumirla a través de la dieta para prevenir su deficiencia. Presente en leche, soya, nueces, pescados, mariscos y semillas en pequeñas cantidades, se encuentra en mayores concentraciones en órganos –especialmente en hígados- y huevos.
Colina y salud
La deficiencia de colina dietética puede causar diversos problemas de salud. Su participación en el transporte de la grasa y el colesterol del hígado a los tejidos que los necesitan, es fundamental, por lo que -a niveles muy bajos- la grasa puede acumularse en el hígado, afectando su capacidad para desintoxicar el cuerpo. Su carencia se asocia además a un alto riesgo cardiovascular y problemas circulatorios, hipertensión e infertilidad. Juega un papel fundamental en el sistema de mensajería del cerebro y en la producción de ciertos neurotransmisores como la acetilcolina, que desempeña un rol clave en la memoria, la cognición, el estado de ánimo y el control muscular.
El consumo de colina es especialmente crítico durante el embarazo y la lactancia, ya que incide directamente en la prevención de ciertos defectos de nacimiento, como -por ejemplo- el labio leporino.
La Academia Estadounidense de Pediatría (AAP) estableció que la colina es fundamental para apoyar el desarrollo neurológico durante los primeros 1000 días posteriores a la concepción.
A pesar de su relevancia, gran parte de la población no cumple con la ingesta adecuada de colina. Así lo demuestra, por ejemplo, el análisis de la National Health and Nutrition Examination Survey donde se ve que un 90% de los estadounidenses y un 92 por ciento de las mujeres embarazadas no consume este elemento en los niveles sugeridos, evidencia que llevó a los 40 expertos de la Choline Science Summit, realizada en Washington en 2018, y cuyos hallazgos fueron resumidos recientemente en un artículo de la revista Nutrition Today (*1) a hacer hincapié en la urgencia de “mejorar las recomendaciones de salud pública para la colina”.
Asimismo, concluyeron los asistentes, que los profesionales de la salud deben conocer las fuentes alimenticias de colina y promover su consumo dentro de la población. Destacaron que si bien los datos indican la necesidad de que los estadounidenses aumenten los alimentos vegetales en la dieta, esto no debe significar la eliminación de alimentos de origen animal densos en nutrientes, como los huevos que contienen los niveles más altos de la colina.
La buena noticia es que el huevo, de fácil acceso y bajo costo, es una de las mejores fuentes para obtener colina; de hecho, dos huevos duros pueden proporcionar entre 250 y 300 mg de este nutriente. Además, un reciente estudio publicado en Nutrition Research Update sugiere que, en individuos sanos, el consumo diario de huevos aumenta la colina en plasma sin afectar el riesgo de enfermedad cardíaca. Se necesita más investigación para determinar si estos resultados serían consistentes en diferentes poblaciones en riesgo de ECV, como individuos con síndrome metabólico, diabetes tipo 2 o individuos con sobrepeso y obesos.
Fuentes
