Ilia García: “Como padres debemos romper esquemas excluyentes y discriminatorios”
A través de los libros, los niños en edad pre-escolar ya pueden aprender sobre el respeto de géneros y de la diversidad, para desarrollar formas solidarias y amables para relacionarse con su entorno y semejantes.
El discurso inclusivo y antidiscriminatorio se ha tomado la agenda pública. Situaciones que veíamos normales hace 20 años, hoy parecen impresentables, como las brechas salariales entre hombres y mujeres. Por eso, los expertos de la educación inicial aseguran que mientras antes les enseñemos a nuestros hijos sobre la inclusión, tendrán mejores oportunidades de relacionarse armoniosamente con los demás en el mundo que les rodea.
“Como padres debemos romper los esquemas de sociabilización excluyentes y discriminatorios. Tenemos que fomentar los valores de los derechos humanos y del niño, la igualdad, la democracia, la convivencia pacífica y el respeto por los pueblos originarios”, dice Ilia García, educadora, experta en aprendizaje a través del juego y fundadora de Seigard.
Sabemos que a través del juego y la lectura lúdica, el desarrollo cognitivo de los niños aumenta. Así, se recomienda integrar en sus procesos de aprendizaje la riqueza que representan las diferencias, de manera de incluirlas y generalizarlas en la vida cotidiana.
Con este fin salieron al mercado los primeros libros infantiles creados de acuerdo a la cultura chilena. Son 26 títulos desarrollados por Seigard, empresa de juegos didácticos y materiales educativos, para la educación inicial (seigardsa.cl). Todos ellos son dirigidos a niños y niñas en edad pre-escolar (de 0 a 4 años).
Entre ellos destacan títulos como Cono Sur, que da muestra de la riqueza cultural de tres pueblos originarios y promueve el reconocimiento de la diversidad intercultural y la convivencia solidaria. Y “Princesa-bruja y astronauta”, para trabajar el empoderamiento y la erradicación de la violencia provocada por estereotipos de género. Todos ellos vienen con guías de trabajo, donde se le explica a mamás, papás y educadores, la mejor forma de utilizarlos.
“A través de un cuento podemos educar con valores. Erradiquemos las malas prácticas y generemos nuevos públicos lectores. Recuperemos nuestra cultura y lenguas de pueblos originarios”, finaliza Ilia García.