Niños al desnudo. Enséñale a cuidar su cuerpo – PadresOk

Niños al desnudo. Enséñale a cuidar su cuerpo

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En una sociedad en que el límite entre lo público y lo privado está cada vez más difuso, enseñar a los hijos el concepto de pudor puede resultar complejo.

Por eso es más importante que nunca entregarles, desde pequeños, señales claras respecto de cómo cuidar su intimidad y proteger su integridad física y mental. Completamente desnuda. Así quedó Camila (4 años) cuando -agobiada por el calor- no encontró nada mejor que sacarse la ropa y seguir jugando, como si nada, en el patio del jardín infantil, ante la risa y el asombro de sus compañeros. Sus papás, que se tomaron el episodio con humor, le explicaron a la educadora de párvulos que ellos eran ‘relajados’ en ese sentido y que para evitar que sus hijos desarrollaran un interés morboso por el cuerpo y la desnudez, preferían mostrarse abiertamente ante ellos. Por eso era común que en verano tomaran sol o se bañaran desnudos en la piscina. Pero nunca imaginaron que Camila podía repetir ese modelo fuera de las cuatro paredes de su casa y menos frente a personas que no fueran de su familia.

Aunque en el ámbito familiar las costumbres pueden distar mucho unas de otras, es importante brindar a los hijos ciertas pautas sobre el sentido del pudor, para que aprendan a establecer límites respecto a su cuerpo y a protegerse de posibles abusos. “Hay tantas maneras de hacer las cosas como familias existen; es súper legitimo la postura liberal, donde los padres se duchan con los niños o circulan desnudos frente a ellos, y también la familia más pudorosa, en que los papás siempre salen del baño con bata. En la medida que eso sea natural y coherente no hay ningún problema”, señala Claudia Rojas, sicóloga y terapeuta familiar. Sin embargo, la especialista precisa que es importante no ir al extremo. “Una cosa es salir del baño sin ropa y otra es tomar desayuno desnudo. Lo mismo las familias pudorosas, no hay que exagerar”.

Los niños deben tener claro que hay un lugar y un tiempo para cada cosa. No es lo mismo desnudarse en la intimidad del hogar, frente a los padres o hermanos, que hacerlo en cualquier casa o frente a otros.

Cuándo, dónde y con quién

Los especialistas recomiendan introducir tempranamente este concepto en la educación de los niños, de forma que a ellos les parezca algo normal, tan cotidiano como otros cuidados personales; alimentarse bien, bañarse, abrigarse y no golpearse ni golpear a otros, entre otras cosas. “En ese contexto, de que el cuerpo se cuida, ya sea del exceso de comida chatarra, del sol, de no jugar con cuchillos o no dormir las horas adecuadas, también hay que enseñarles a cuidar sus partes íntimas y a protegerse de personas que pueden tocarlos inadecuadamente”, sostiene Claudia Rojas. Estima que es fundamental explicarle a los pequeños que “hay partes íntimas que no se enseñan a nadie y que nadie puede tocar”, en un lenguaje que les resulte cómodo y natural para ambas partes. No descarta que los padres puedan utilizar expresiones lúdicas (por ejemplo, hablar de “tus pechugas” o tu “potito”, dice) siempre que los niños entiendan el concepto y conozcan el nombre verdadero de cada zona.

La hora del baño

El baño diario es una excelente oportunidad para entregar y reforzar este tipo de información. “Decirles que solamente la mamá, el papá o la persona que lo tenga a su cargo lo pueden tocar, pero solo para bañarlo o limpiarlo, no para hacerle cariño, porque hay otras maneras y otros lugares para acariciar”, aconseja Claudia Rojas.

Enséñale a cuidarse

❖❖ Los padres deben darle la confianza al niño para que les cuente si se siente incómodo respecto de cómo alguien lo toca, acaricia o lo cuida, sea quien sea. Esto se aplica principalmente a los adultos, ya que como explica Claudia Rojas, es normal que los niños de 3, 4 o 5 años pasen por una etapa de curiosidad y de juegos sexuales entre ellos.

❖❖ “Hay que decirle al hijo que se trata de una curiosidad normal, que a él a lo mejor también le van a dar ganas de mirar el cuerpo de otros niños, pero que él nunca debe hacer cosas que incomoden a los demás y que tampoco a él le pueden hacer algo que le moleste”, y especifica que esto solo se puede permitir entre niños de no más de dos años de diferencia.

❖❖ Hay que enseñarles que si alguien les pide guardar un secreto, él no está obligado a hacerlo, por lo menos no con sus padres. “Cuando una persona le dice al niño que no puede contar algo por ningún motivo, eso siempre va a ser algo malo.  Si tú haces cosas buenas y eres transparente no hay problema en que digas tus secretos.
Y aquí hay que tener cuidado, porque si la madre le dice esto, pero después le pide que ‘no le digas al papá que te
di chicle’, no está siendo coherente”, sostiene.

❖❖ Otro tema que hay que aclararles es la jerarquía entre niños y adultos.“Los grandes pololean con grandes,
se dan besos con los grandes, pero no pololean con chicos ni los acarician de modo distinto. Los adultos le piden
ayuda a adultos, no le piden ayuda a los niños”, precisa.

¡Mamá, no salgas así!

A los dos o tres años de edad, la mayoría de los niños no siente vergüenza al estar desnudo, sin embargo, a medida que crecen, esa actitud tiende a cambiar radicalmente. Aunque nadie les haya hablado del tema, se resisten a mostrar su cuerpo o su intimidad. “Se empiezan a sentir incómodos, entonces si los papás lo invitan a ducharse juntos, van a decir ‘no quiero, me da lata’, y eso hay que respetarlo. Si antes los papás podían entrar al baño sin problemas y ahora los niños no quieren, se tapan o se ponen una toalla, no se les puede transgredir. Lo mismo si te piden que golpees la puerta antes de entrar en su dormitorio”, asegura la sicóloga. Y a la inversa, también ocurre que sienten pudor al ver a sus padres desnudos. “Por ejemplo, si los papás siempre han salido del baño para vestirse en su pieza y los hijos están ahí, después empiezan a decir ‘Ay, mamá no salgas así, ponte algo, vístete en el baño’, y eso también es importante de respetar. Es verdad que puede ser la pieza de los papás, pero si los niños están ahí y se incomodan, es importante cuidarse más, vestirse en el baño o taparse con la toalla”, afirma.

¡Están creciendo!

Cuando los hijos crecen, también puede suceder que los padres se sientan incómodos con su desnudez. “A los papás y mamás comienza a pasarles que ‘su niñito’ ya creció y es un hombrecito. Cuando eso ocurre y a los papás les da ‘nervio’ ver que su hija está transformándose de a poco en una mujer, es mejor cambiar las costumbres y si era normal darse un baño, ahora es mejor salir al cine o a pasear, para seguir cultivando los momentos juntos”, explica Claudia Rojas.

Más comunicación

Más allá de los cuidados específicos, los especialistas indican que la comunicación es un gran aliado en la prevención de problemas asociados a la intimidad de los hijos. “Junto con cuidarse es central tener un buen vínculo con ellos, una relación de confianza, en que la mamá o el papá pueda saber lo que les pasa, en todo ámbito de cosas, y en que ellos realmente se sientan escuchados y tomados en cuenta. Eso asegura a los padres que siempre que su hijo tenga algún problema ellos se van a dar cuenta. Y ese conocimiento no lo entrega ningún manual, es un continuo; porque la relación con los hijos se construye todos los días y día a día”, señala la sicóloga.

La gran mayoría de los abusos sexuales ocurren con personas conocidas y familiares. Teniendo en cuenta este antecedente, Claudia Rojas aconseja “desconfiar de todo el mundo, en el sentido de estar alerta y no bajar la guardia”. Y ante el constante bombardeo de noticias sobre abusos sexuales y prostitución de menores, la sicóloga cree que en vez de ocultar esta información hay que explicarla a los hijos. “Hacerles entender que hay adultos que están enfermos, que tienen problemas graves y que disfrutan tocando a niños y que eso no puede ser, son antecedentes que los niños deben manejar”.

La televisión es también escenario de imágenes que hacen cada vez más difuso el límite entre lo público y lo privado. “Hay un doble estándar evidente; una televisión y una sociedad altamente erotizada y en este contexto es muy difícil establecer los límites. Entonces ¿cómo hacerlo? Partiendo por ser coherentes en el hogar, críticos frente a situaciones que nos parezcan inadecuadas y comentándolas frente a los hijos y con los hijos.

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