En Chile existe una ley de postnatal desde hace 3 años. Se denomina “Permiso Parental Postnatal”, dura 5,5 meses y la madre, luego de los 84 primeros días, puede optar por tiempo completo o jornada parcial. También tiene la posibilidad que las últimas 6 semanas sean cedidas al padre para que sea él quien preste los cuidados al hijo, excepto dar leche materna. Sea la madre o el padre quien tome el postnatal, tiene un tope de pago correspondiente a un poco más de 67 UF, es decir, a toda madre trabajadora o padre que reciba un sueldo mayor a 67 UF se le pagará hasta 67 UF.

El objetivo principal de esta ley es la salud de los niños y niñas. Si la madre tiene 5,5 meses para estar con su hijo recién nacido, éste podrá contar con al menos 5.5 meses de leche materna y formar un vínculo de apego con su figura principal, generalmente, la madre.

Es un hecho que haber pasado de menos de 3 meses a 5,5 es un avance, aunque pequeño si consideramos que la indicación de la Organización Mundial de la Salud es de lactancia exclusiva y a libre demanda, al menos 6 meses, para luego ser complementada con alimentos sólidos hasta al menos los 2 años de vida, para continuar la lactancia según lo que la madre y el bebé decidan.

Las mujeres chilenas, prefieren el postnatal completo, pocas en jornada parcial y muy pocas ceden semanas al padre, ya que según cifras, solo el 0.2% de los padres chilenos optaron por dejar el trabajo y cuidar las últimas 6 semanas a su hijo. Al parecer, la corresponsabilidad es un concepto complejo a la hora de hablar de necesidades biopsicosociales del bebé.

Pero el mensaje u “oportunidad” de esta ampliación del permiso postnatal intenta ser un “empujoncito” para que la empleabilidad femenina aumente y no se vea perjudicada por la extensión del postnatal. Las cifras mostraron que ésta aumentó aún cuando poquísimos padres cuidaran a sus hijos. Entonces, concluimos que un postnatal un poco más largo no afecta las oportunidades laborales de la mujer y de necesitar seguir aumentando el número de mujeres que trabaje, son necesarias políticas públicas distintas a un postnatal.

Una cosa es la empleabilidad de las mujeres y otra cosa es la salud de los hijos. Si se trata de salud, 5,5 meses siguen siendo muy poco para ofrecer el mejor alimento a los niños que nacen. Recordemos que las neurociencias han confirmado que la lactancia materna además de ser el alimento natural de los seres humanos, es el mejor alimento a nivel nutricional y afectivo.

La lactancia materna no garantiza un apego seguro pero sí lo fomenta al promover la cercanía y contacto permanente entre el hijo y su madre, teniendo impacto directo en la formación de las estructuras cerebrales.

El movimiento ciudadano “Por un postnatal de 6 meses”, del que fuimos parte activa, además de aportar al establecimiento y creación de la ley, hizo que en las redes sociales, revistas, hoy sean miles y miles las madres y los padres que están interiorizándose y hablando sobre la importancia del tipo de cuidado que se ofrece al hijo desde que nace.

Es muy bueno que se hable sobre la importancia de los primeros años de vida del ser humano y de cómo las relaciones que establecemos los padres con nuestros hijos, estructura y moldea el cerebro del hijo. Nuestra tarea es definitivamente mayor. Y ojalá más ciudadanos contribuyan a mejorar un postnatal que está “en pañales”.