Los controles del primer año se basan principalmente en la supervisión del crecimiento físico, estado nutricional y desarrollo sicomotor de los niños. Esto, además de velar por su buena integración al grupo familiar, vigilar el calendario de vacunas y fomentar la estimulación.
Crecimiento Entre su nacimiento y los doce meses de vida, el niño triplica su peso, aumenta en un 50% su estatura y el tamaño de su cerebro crece considerablemente. El médico lleva la medición sistemática del diámetro del cráneo, tórax, peso y estatura. En promedio, se espera que crezca 4 cm al mes.
Vitaminas Después de comprobar que todo esté bien, lo más probable es que recete un suplemento de vitaminas A, C y D, que se le deberán suministrar al bebé en una dosis diaria hasta los 6 meses. Ellas contribuyen al crecimiento y previenen enfermedades.
Alimentación La alimentación es un punto de especial cuidado en el primer año, ya que el bebé pasa de la lactancia a la introducción paulatina de papillas, cerca del sexto mes. El pediatra indica los alimentos que debe comer, cómo prepararlos y en qué horario y cantidad. Luego, dará indicaciones para que poco a poco se amplíe la gama de alimentos que el niño puede recibir. También entrega las pautas para darle fórmulas lácteas, cuando se necesita complementar la lactancia materna.
Examen físico En todos los controles el pediatra examina completamente al niño. Entre otras variables revisa la piel, observando su color, posible dermatitis (coceduras del pañal) y brote de vacunas; las mucosas; oídos y garganta; inicio de la dentición; ruidos pulmonares y ritmo cardíaco; ombligo y abdomen. Asimismo, descarta presencia de masas abdominales y hernias. Es frecuente que estas últimas aparezcan en el ombligo de los recién nacidos, y en ese caso hay que determinar si son benignas o es necesario operar. También descarta la displasia de caderas; alteración ósea que requiere ser corregida tempranamente, para evitar complicaciones cuando los niños empiezan a caminar. Es más frecuente en las niñas, pero la observación se hace a todos por igual. Una relación cercana entre los padres y el pediatra resulta más favorable para el progreso del niño. La familia es el mejor entorno para su desarrollo, por eso, los cambios importantes al interior de ella repercuten en él física y emocionalmente. Los controles del primer año se basan principalmente en la supervisión del crecimiento físico, estado nutricional y desarrollo sicomotor de los niños. Esto, además de velar por su buena integración al grupo familiar, vigilar el calendario de vacunas y fomentar la estimulación.
Además de la ficha médica de tu hijo, que el pediatra completa en cada control, es recomendable que escribas todos los datos relevantes en un cuaderno, para que tengas a mano las indicaciones generales de cuidados, aseo, alimentación y qué hacer en caso de enfermedad.
Artículo publicado en revista PadresOk