Amor desde el vientre – PadresOk
Amor desde el vientre
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«Los hijos son de la madre”, era el título que primero se me vino a la cabeza cuando me senté a escribir esta columna, pero desistí apenas terminé la frase. Primero porque al leerla a mi marido le resultaría egoísta, al igual que a todos los hombres que son papás entregados y cercanos. En segundo lugar, porque habría sido injusta, ya que muchos padres sienten que los niños son tan suyos como nuestros, y pueden tener razón.

Sin embargo -y espero no sonar feminista- no puede haber en el mundo un amor más profundo que el de una madre hacia un hijo. La unión simbiótica que se establece entre ambos es demasiado fuerte, primitiva y visceral. Desde que el embrión se anida comienza un viaje sin retorno para la mujer, que compromete no solo su cuerpo sino toda su alma en la tarea de albergar primero, alimentar luego, cuidar después y querer por siempre.

De solo pensarlo es estremecedor. Madre e hijo comparten meses juntos en el mismo cuerpo y unen para siempre sus vidas, transformando la realidad y proyectando un futuro nuevo. Un hijo cambia la vida para siempre y eso explica por qué las mujeres que son madres desarrollan un sexto sentido. En mayor o menor medida se multiplican para estar en todas partes, para no perderse nada y para dar amor hasta en los momentos más difíciles.

Por supuesto que no todas las madres lo hacen, pero las que más dan son el reflejo de cómo el amor de mamá puede ser inquebrantable, inagotable e infinito. No exagero al decir que cuando una madre piensa cuánto quiere a su hijo, vuelve a sentirlo moverse dentro de su cuerpo, revive la sensación única que se experimenta cuando emerge a la vida fuera del útero y esa sensación, solo ese recuerdo, hace que cualquier esfuerzo sea posible y que todo sacrificio sea válido.

Como la exquisita melodía y letra de “Nada como el sol”, esa canción de Sting a la que muy pocos pueden quedar indiferentes, yo hago analogía y digo “nada como ser mamá”. Porque estoy segura que no hay nada más grande y profundo que eso. Cientos, miles de madres deben estar de acuerdo conmigo.

   

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