Por Silvana Di Monte Giordani.
Para estimular la memoria lo primero es que los niños aprendan a almacenar la información en la memoria de corto plazo, o sea la memoria más inmediata, es una memoria de corta duración, para luego usar la memoria a largo plazo. La memoria a largo plazo se refiere a aquella memoria donde los recuerdos permanecen a pesar que haya pasado un tiempo de la actividad. Por esto es importante trabajar la memoria a corto plazo con el niño desde el jardín infantil o incluso antes, así logrará la memoria a largo plazo indispensable para retener la información, recordar las propias experiencias y retener aprendizajes. Este entrenamiento le permitirá enfrentar con mayor seguridad las exigencias escolares.
Algunas sugerencias:
*Un buen desayuno: es sabido que los niños que no toman un buen desayuno son más lentos en su proceso de aprendizaje. En cambio aquellos que si lo hacen logran una mayor concentración y logran mejores competencias de memoria a corto plazo.
*Dormir bien: es importante que el niño duerma a lo menos entre 8 y 10 horas en la noche y después de almuerzo una pequeña siesta. El dormir y el descansar bien son muy importante para afianzar la memoria y el aprendizaje.
*La motivación: ayuda al niño a retener la información. Es importante que el niño logre relacionar sus propios intereses con los aprendizajes que está adquiriendo.
*El juego: jugar, sentir placer, divertirse, permite un aprendizaje más rápido. Se pueden usar juegos como “Simón manda”, juegos de naipes, memorice, juegos de ingenio, que observe los detalles de una lámina, la retira y tiene que nombrar a lo menos 10 objetos contenidos en la lámina.
*Hacer deporte: practicar deporte o actividad física ayuda a los niños en su aprendizaje y rendimiento escolar, facilita su capacidad de atención y concentración y mejora su estado anímico general. Un estudio del Observatorio de Salud de la Infancia y la Adolescencia, del hospital Sant Joan de Déu, señala que el ejercicio físico libera un gran número de sustancias (como la serotonina, la dopamina, la adrenalina y la noradrenalina) que regulan cambios estructurales y funcionales en el cerebro (en plena formación y desarrollo), sustancias que aportan claros beneficios en el rendimiento cognitivo y el bienestar psicológico del niño.