Desde 1978, los fines de año los chilenos ponemos en práctica la solidaridad, colaborando con dinero para la Teletón. Pero ¿qué pasa el resto del año? Como padres, ¿fomentamos la integración de todos los niños por igual?

La doctora Antonieta Blanco es Directora Académica del Instituto Teletón y cuenta que en los últimos años ha visto avances en la materia.

Y los hay. Desde 1996 se han integrado ocho mil estudiantes discapacitados a unos 800 colegios municipalizados y particulares subvencionados, según indica María Luisa Mesa, profesional del equipo de educación especial del Ministerio de Educación. Y algunos establecimientos privados también los integran.

No obstante, aún falta superar «barreras arquitectónicas y también mentales, que son las más difíciles de erradicar», asegura la doctora Blanco.

Cambiar no cuesta tanto. Para comenzar, la doctora invita a los padres a reflexionar acerca de que cualquier familia está expuesta a que uno de sus miembros sufra discapacidad. Ya sea desde el nacimiento, por una enfermedad o un accidente. «Nadie puede decir: a mí no me va a pasar».

Y agrega: «Los niños discapacitados tienen condiciones y habilidades muy valiosas, como las artísticas y musicales. Además, son más generosos y tienen muchos valores, porque desde pequeños han estado expuestos al sufrimiento».

De ahí que la integración favorezca, además a los niños sanos. Especialmente, si ello se da desde la edad preescolar. «Si desde pequeños los menores conviven junto a personas que tienen -o no- otras cualidades, o que tienen ojos diferentes, o manos y piernas distintas, más adelante les costará menos relacionarse con ellos, que el resto de las personas y eso es una ventaja».

Ademas, conviene que los niños desde pequeños sepan que «siempre es posible aprender del otro, aunque sus habilidades sean distintas a las mías».

Fuente: Doctora Antonieta Blanco, Instituto Teletón / María Luisa Mesa, Ministerio Educación.